La encapsulación alimentaria es una técnica innovadora que se utiliza para proteger y liberar ingredientes activos en alimentos y bebidas. Consiste en recubrir los ingredientes con una matriz encapsulante, que puede ser de origen natural o sintético, para formar partículas o microcápsulas. Estas microcápsulas actúan como vehículos que protegen los ingredientes de factores externos como la luz, el oxígeno, la humedad y el calor, preservando así su estabilidad y actividad hasta su liberación controlada en el momento adecuado.
Existen diversas técnicas de encapsulación alimentaria, cada una con sus propias ventajas y aplicaciones específicas:
Encapsulación por atomización: En este método, la solución del ingrediente activo se atomiza y se pulveriza en una corriente de aire caliente. Al entrar en contacto con el aire caliente, la solución se seca y forma pequeñas partículas o microcápsulas que encapsulan el ingrediente activo. Este proceso es especialmente útil para ingredientes sensibles al calor.
Encapsulación por coacervación: En la coacervación, dos soluciones inmiscibles (generalmente una solución de polímero y una solución del ingrediente activo) se mezclan para formar una fase coacervada, que luego se solidifica para formar microcápsulas. Este método es adecuado para la encapsulación de ingredientes hidrofílicos y lipofílicos.
Encapsulación por extrusión: En la extrusión, la solución del ingrediente activo se emulsiona y se mezcla con un agente encapsulante para formar una pasta que se extruye a través de una boquilla. La pasta extruida se corta en segmentos para formar microcápsulas. Este método es eficaz para la encapsulación de ingredientes sensibles al calor y la luz.
Encapsulación por secado por congelación: En este proceso, la solución del ingrediente activo se congela y se seca bajo vacío, lo que resulta en la formación de microcápsulas por sublimación del agua congelada. Este método es útil para la encapsulación de ingredientes sensibles al calor y la oxidación.
La encapsulación alimentaria se utiliza en una amplia gama de aplicaciones, incluyendo la fortificación de alimentos con vitaminas, minerales y otros nutrientes, la protección de aromas y sabores sensibles, la liberación controlada de ingredientes funcionales como probióticos y prebióticos, y la mejora de la estabilidad y la textura de los alimentos. Además, esta técnica ofrece beneficios adicionales como la reducción de la interacción entre ingredientes incompatibles, la mejora de la dispersión y la solubilidad de los ingredientes, y la prolongación de la vida útil de los productos alimenticios. La encapsulación alimentaria es una herramienta poderosa que permite la creación de alimentos y bebidas innovadores y funcionales, que satisfacen las demandas cada vez mayores de los consumidores en términos de conveniencia, salud y calidad.
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