El director general de Salud Pública y Drogodependencias, Francisco García, subraya que «el control del fraude alimentario es fundamental para proteger la salud de los consumidores»
La jornada ‘El fraude alimentario: publicidad, etiquetado, alérgenos’ reúne a expertos en Seguridad Alimentaria en el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y la Alimentación
La Consejería de Sanidad y Política Social, a través del Servicio de Seguridad Alimentaria y Zoonosis de la Dirección General de Salud Pública, realizó desde principios de año, y hasta el pasado martes, 23 de septiembre, un total de 7.918 inspecciones sanitarias en establecimientos alimentarios de la Región.
En 732 actuaciones, de las casi 8.000 llevadas a cabo, se detectó algún tipo de incumplimiento de la normativa vigente relativa al etiquetado y/o composición de alimentos. De este modo, se procedió a la apertura de un centenar de expedientes por deficiencias en el etiquetado oscilando las sanciones entre los 1.000 y 10.000 euros.
Asimismo, durante estos nueve meses, en la Consejería de Sanidad y Política Social se recibieron 33 denuncias formuladas por ciudadanos de la Comunidad como consecuencia de la posible adulteración de los alimentos.
Estos datos fueron aportados por el director general de Salud Pública y Drogodependencias, Francisco García, en la inauguración de la jornada ‘El fraude alimentario: publicidad, etiquetado, alérgenos’, en la que estuvo acompañado por el director del Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación, José García.
Los temas que centraron este encuentro fueron la nueva legislación comunitaria en el ámbito de la información al consumidor y los nuevos cambios en los sistemas de calidad BRC Food y IFS Food, entre otros.
El objetivo de esta sesión, dirigida a técnicos de empresas alimentarias y auxiliares, así como a personal técnico de organismos públicos y privados interesados en la materia, es ahondar en la legislación europea alimentaria para exponer las medidas efectivas que permitan fortalecer las normas y controles europeos.
El director general manifestó que “el control del fraude alimentario es fundamental para proteger la salud de los consumidores, no sólo desde el punto de vista microbiano sino también de todos aquellos procesos que cada vez son más comunes como, por ejemplo, las intolerancias y las alergias que pueden llegar a producir en algunos casos la muerte por asfixia”.
García valoró la “importancia” de eventos y jornadas como ésta para formar e informar a todos los profesionales que trabajan en seguridad alimentaria o en la manipulación directa de productos alimenticios, y sensibilizar sobre el principio de cumplimiento de la normativa española y europea