El etiquetado nutricional en la empresa alimentaria es una etapa muy importante en el diseño
de cualquier producto alimentario, siendo necesario cumplir con la legislación del país de destino donde
se pretende comercializar. Los dos bloques más significativos son el mercado europeo y
estadounidense. No obstante, el resto de países pueden exigir el cumplimiento de legislaciones
específicas y expresarlos mediante un formato determinado, cuya normativa técnica conviene conocer.
En Europa, el Reglamento (UE) n.º 1169/2011 establece los principios generales, requisitos y
responsabilidades que rigen la información alimentaria. En particular, el etiquetado de los alimentos
define además los parámetros obligatorios dentro de la información nutricional, entre las que se incluye
la declaración de la energía, proteínas, grasas, grasas saturadas, carbohidratos, azúcares y sal.
Voluntariamente, pueden incluirse otros nutrientes si están presentes en cantidades significativas. La
normativa permite varias variaciones en el formato del etiquetado, a las que las empresas acuden en
función de la complejidad del alimento o incluso el tamaño del producto a comercializar.
En otro ámbito completamente diferente, en EEUU se requiere el cumplimiento de las regulaciones 21
CFR 101.9, que la FDA propone de forma continua para el etiquetado de alimentos. En 2016, la FDA
llevó a cabo cambios significativos en el etiquetado de alimentos, bebidas y suplementos, incluidas
actualizaciones de los valores diarios, el tamaño de las porciones, la tabla de información nutricional y
más. Desde enero de 2021, la FDA ha aplicado sus nuevos requisitos de etiquetado a los productos que
se comercializan en los EE. UU.