- Para luchar contra una enfermedad es muy importante mantener una dieta suficiente, nutritiva y saludable, con un aporte idóneo de vitaminas, porque ayuda al sistema inmune a funcionar debidamente y previene el contagio
- En España, el excelente comportamiento del conjunto de la cadena agroalimentaria se ha debido, sin duda, a las considerables inversiones efectuadas en épocas recientes para modernizar las empresas, estimuladas por las administraciones europea, nacional y regional, así como a la excelente capacitación técnico-laboral con que cuenta
30, marzo, 2021.-En estos momentos cruciales para España y el resto del mundo debidos a la pandemia de la COVID-19, Francisco Artés Calero, Ingeniero Agrónomo y Catedrático Emérito de la Universidad Politécnica de Cartagena atendió la amable petición del Portal Poscosecha a reflexionar sobre la función actual de la Agroalimentación y sus actividades ligadas, de posible interés para los lectores, detallado en este editorial.
Es sabido que para luchar contra una enfermedad es muy importante mantener una dieta suficiente, nutritiva y saludable, con un aporte idóneo de vitaminas, porque ayuda al sistema inmune a funcionar debidamente y previene el contagio. Además, la desnutrición aumenta la severidad de la enfermedad, por lo que una buena alimentación es esencial.
Por otra parte, en estos días que nos asola la COVID-19, con su imprevisible desafío sanitario y socioeconómico, ha tranquilizado mucho conocer desde muy pronto que no existen pruebas de que los alimentos puedan ser fuente o vía de transmisión probable del virus.
Merece destacarse que durante la pandemia comunitaria en España se ha venido mostrando esencial el subsector económico de la Agroalimentación y de las actividades incluidas en la Tecnología Postrecolección, como técnicas idóneas, condiciones de proceso y de conservación y transporte de los productos vegetales perecederos, para prolongar su supervivencia, preservar su calidad y seguridad para el consumo y evitar pérdidas. Ambas son especialmente intensivas en mano de obra, además con mucha frecuencia estacional para numerosas hortalizas y frutas.
Han ido superando con notable eficacia las severas restricciones a los desplazamientos de personas, materiales y mercancías que requieren, a las ubicaciones de los operarios para mantener una distancia social segura o para proporcionarles equipos de protección en el cultivo, recolección, manipulado, acondicionado, envasado y la logística hasta la distribución al por menor, afrontando con ello evidentes y prolongados riesgos de nuevos contagios. Sus equipos humanos han asumido con acierto la prioridad de mantener completamente operativo un sistema de abastecimiento alimentario tecnificado, dinámico y bien engranado, redoblando sus esfuerzos para asegurar el abastecimiento diario de alimentos a toda la población, como bien han informado los Colegios Oficiales de Ingenieros Agrónomos de la Región de Murcia y el de Levante.
La Agroalimentación y sus actividades conexas vienen revelando, hasta donde se conoce en los momentos de redactar y revisar estas líneas, su extraordinaria capacidad para forjar certidumbres y mantener una sólida cadena de suministro agroalimentario vital, idóneo y diversificado, desde el cultivo y la cosecha hasta la venta al detalle. Con ello han aportado mucha serenidad a la sociedad, aliviando la infundada ansiedad inicial de algunos consumidores que generaron insólitos picos de demanda, así como minimizando las alzas especulativas de precios. Además, han contribuido con toda seguridad a que el número de fallecidos y contagios haya sido mucho menor en el conjunto de la sociedad y todo ello se ha llevado afortunadamente a cabo, hasta ahora, con escasos episodios de infecciones entre los numerosos gestores y operarios que intervienen en las distintas etapas del suministro.
En España, el excelente comportamiento del conjunto de la cadena agroalimentaria se ha debido, sin duda, a las considerables inversiones efectuadas en épocas recientes para modernizar las empresas, estimuladas por las administraciones europea, nacional y regional, así como a la excelente capacitación técnico-laboral con que cuenta.
Ha superado con gran éxito el desafío de esta pandemia, si bien en previsión de posibles futuros episodios, similares al que sufrimos, convendrá continuar y ampliar su esfuerzo modernizador. Por otra parte, creo que estos empresarios, técnicos y trabajadores, al igual que sus proveedores de bienes y servicios, integran también el colectivo que los españoles hemos calificado de heroico en esta crisis, lo que se deberá poner aún más en valor cuando la superemos definitivamente.
Por tanto, la Agroalimentación y la Tecnología Postrecolección, junto a todos los sectores que tanto vienen atenuando los gravísimos efectos de la pandemia, están en buenas manos y desempeñan una función clave. Prestan un servicio esencial tanto a la sociedad española como a las de los muchos países a los que exporta, que ahora deben garantizar su extensión hasta la población más vulnerable y evitarle más sufrimientos.
También colaboran decisivamente a salvaguardar un presente mejor y a construir un futuro socialmente más justo y menos desigual, ajenas a cualquier ideología.
Francisco Artés Calero
Dr. Ingeniero Agrónomo.
Catedrático Emérito de la Universidad Politécnica de Cartagena