Nutri Score fomenta la compra saludable pero debe interpretarse de forma óptima

  • La frecuencia en el consumo y la cantidad de alimentos, “aspectos fundamentales en la alimentación saludable” según Enrico Fabretti, director de Política Alimentaria, Nutrición y salud de FIAB
  • Fabretti considera “oportuno hablar de dietas equilibradas y saludables dentro de estilos de vida sanos”

 

29,Marzo 2021.- El etiquetado Nutri Score no será obligatorio hasta que la Comisión Europea lo dictamine y eso no ocurrirá antes del próximo año, por lo que el Ministerio de Consumo anima a las empresas a participar voluntariamente del logotipo nutricional; un sistema que ha generado controversia debido a los criterios para catalogar los alimentos.

Es claro que el Nutri Score fomenta la compra de productos de calidad pero su interpretación es decisiva a la hora de hacer un buen uso de esta información para los consumidores.

Parece evidente que el semáforo nutricional ayuda a hacer una compra más saludable; y, es por esto, que hemos preguntado a Enrico Fabretti director de Política Alimentaria, Nutrición y Salud de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) si el etiquetado frontal, Nutri Score, nos ayuda a alimentarnos mejor.  Según el directivo de FIAB “alimentarse solamente con productos ‘verdes’ según el sistema Nutri Score no significaría llevar una alimentación equilibrada, de la misma manera que tomar productos con un color amarillo/ámbar/rojo de este etiquetado no significaría necesariamente comer ‘mal’ ya que la frecuencia de consumo y la cantidad son aspectos fundamentales”.

En relación a si cree que este sistema de etiquetado en España debería adaptarse a la realidad de nuestros alimentos, ha indicado que “de todos es ya sabido que el Nutri Score es el sistema etiquetado frontal elegido por España para que los consumidores tengan una información nutricional de los productos procesados envasados más clara. Se creó para potenciar el consumo de productos con menos cantidad de grasas saturadas, azúcar o sal que perjudiciales para la salud”.

Pero, ha remarcado, según trasladó al comité científico de AESAN en su informe de 2020 sobre Nutri Score, “es necesario seguir identificando otros aspectos (más allá del tema del aceite de oliva) susceptibles de ser incorporados a este sistema de etiquetado para la valoración nutricional de alimentos y bebidas característicos de la dieta española”. En este sentido ha dicho compartir esta opinión porque “es recomendable que cualquier esquema que se adopte en España tenga en cuenta las recomendaciones dietéticas y los patrones de consumo nacionales”.

 

 “Es fundamental informar y educar a los consumidores, también en relación con Nutri Score y decir claramente que no se trata de separar los alimentos en ‘buenos’ y ‘malos’, cosa que a nivel instintivo evocan los colores combinados con las letras”, ha insistido Fabretti quien ha puesto el acento en la necesidad de “no confundir el papel de cada producto individual con la dieta en su conjunto, que realmente es lo que importa y es la manera en la que nos alimentamos”.

Por ello, ha defendido que “esto nos hace ver que la cuestión es tremendamente compleja y adoptar soluciones simplistas puede crear aún más confusión en los consumidores, por lo que sería oportuno hablar de dietas equilibradas y saludables dentro de estilos de vida sanos”.

Por otra parte, y según ha publicado EfeAgro, la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados (Anfaco-Cecopesca) entiende que el sistema de etiquetado nutricional Nutri-Score no califica correctamente la calidad nutricional de las conservas y semiconservas y no considera fundado sostener su obligatoriedad en 2022.

Hay que recordar que Nutri Score valora cada alimento según un algoritmo que distribuye puntos en función de cómo estén compuestos nutricionalmente los alimentos por cada 100 gramos.

Los componentes evaluados como ‘desfavorables’ son las calorías, azúcares simples, ácidos grasos saturados y sodio. Por el contrario, los ‘favorables’ son los porcentajes de frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos, o los porcentajes de proteínas y fibra alimentaria frutos secos, leguminosas, porcentaje de frutas y verduras y proteínas. Se han realizado diversos estudios que validan su uso recogidos en la Revista Española de Nutrición Comunitaria.

El Ministerio de Consumo avanzó recientemente que pretenden utilizarlo para restringir la publicidad de alimentos poco saludables, sobre todo los dirigidos a la población infantil.

VENTAJAS DEL NUTRI SCORE: LOS CINCO COLORES DE LA DIETA

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Entre sus ventajas se puede destacar que se trata de un etiquetado sencillo, visual e intuitivo  dónde los alimentos se clasifican en cinco categorías desde el punto de vista de la calidad nutricional, cada categoría está representada por un color siendo el verde el que representa al producto de mejor calidad y el rojo el más desfavorable: A,B,C,D y E .

El Ministerio de Consumo anunció la implantación de este sistema de etiquetado para que los consumidores puedan elegir las opciones más saludables ofreciendo unos códigos de colores muy intuitivos; un sistema, avalado por la Organización Mundial de la Salud y que siete países europeos se comprometieron a facilitar su uso (Francia, Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Suiza y España) aunque Francia ha pasado por un proceso de adaptación.

Recientemente, los criterios para catalogar los alimentos han dado mucho de qué hablar por bajar la puntuación a alimentos como el aceite de oliva virgen extra, el jamón y el queso en España que ha conseguido un preacuerdo con los socios europeos para sacar al aceite de oliva de este etiquetado, aunque mantiene el jamón y el queso dentro del semáforo nutricional.

En relación a si la población encontraría de forma más rápida los productos más sanos con este sistema de etiquetado, según un estudio realizado por Hispacoop basado en más de 2.000 encuestas a mayores de edad durante el último trimestre de 2019 más de 90% de la población si lo encontraría.

No obstante, quedan exentos de este etiquetado los productos frescos: carnes, pescado, frutas, verduras y legumbres; los productos que solo tienen un ingrediente en su composición como vinagre o miel, siempre que no estén procesados; el café, té, infusiones de hierbas y frutas; alimentos directamente suministrados por el fabricante o tiendas minoristas en pequeñas cantidades como los platos preparados; alimentos que se venden en envases de menos de 25cm2 como chocolatinas o barritas de cereales y las bebidas alcohólicas.

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Antonio Vázquez Palazón.

Responsable de Asistencia Técnica